Ya van a hacer casi dos meses desde el lanzamiento público de EntreLectores y la verdad es que no podemos estar más contentos. La acogida en medios de la noticia del lanzamiento fue muy buena, por lo que ha habido un crecimiento exponencial de visitas y usuarios registrados en comparación con la anterior bookAffinity.com
Muchos usuarios nos van sugiriendo mejoras e informando de errores, que vamos solucionando día a día. La presión de tener la web online nos ha hecho ponernos las pilas y desarrollar mucho más deprisa. En estas semanas hemos incorporado el login con Facebook y Twitter, el historial de lecturas, las fichas de autores, la actividad reciente de los amigos, mejoras en la home… además de la corrección de infinidad de pequeños fallos y detalles. También están a punto de terminarse los widgets para blogs, el apartado de librerías y novedades en el apartado de lectores.
Todavía nos queda mucho camino por recorrer, pero creo que estamos yendo al ritmo adecuado. Además hemos recibido muchos gestos de apoyo y ya hemos empezado a realizar colaboraciones con actores relevantes del sector, como Alfaguara (reparto de marcapáginas en la Feria del Libro de Madrid y promoción online). Así que EntreLectores va pasito a pasito creciendo y madurando.
Desde hace pocas semanas estoy trabajando en un nuevo espacio abierto en el centro de Madrid, el Hub. Con una situación inmejorable, en el barrio de las letras, al lado de Caixa Forum y el MediaLab Prado, y con un gran espacio abierto con luz natural cenital, es un sitio increíble para estar (además de para hacer eventos).
Pero eso no es todo, lo realmente bueno del Hub Madrid es que forma parte de una organización internacional en la que están otros Hubs y que todos ellos comparten una misma filosofía de independencia y de servir de plataforma para inspirar, conectar e impulsar a los innovadores sociales. Formando parte del Hub puedes estar en contacto con un gran número de personas con inquietudes y con proyectos muy interesantes.
Otra forma de trabajar y de crear empresas y organizaciones se viene desarrollando en lugares como el Hub y participar en ello me motiva cada día para seguir con fuerza con mis proyectos. El coworking, que ya experimenté en el Studio Banana es una solución ideal para emprendedores en etapas iniciales de sus proyectos.
Twitter salió a la luz en julio de 2006, mi primer tuiteo fue en mayo de 2007,cuando todavía era desconocido para la mayoría y no tenía mucho sentido su uso. Ser early adopter supone que no puedes resistirte al impulso de probar las últimas novedades, aunque todavía no sean ni siquiera útiles. Supone comprar más caro un cacharro que todavía es casi un prototipo. Tengo un iphone classic que no tiene 3G ni graba video ni la mitad de cosas que el 3GS (a mi parecer, la primera versión completa del iphone). También tengo un ereader desde hace casi dos años, cuando casi nadie sabía qué era eso.
El problema, a parte de lo mencionado antes, es que tienes una percepción de los productos muy sesgada. Cuando descubres un nuevo servicio o un nuevo aparato, crees que todo el mundo va a ir corriendo a la semana siguiente a comprarlo. Pero el público general tarda mucho más en enterarse de que eso existe y luego más tiempo aún en decidirse a usarlo. No tienen ese impulso, no lo necesitan, tienen rechazo al cambio y seguramente no se lancen hasta que no hayan visto a más gente a su alrededor que ya lo haya probado.
A la hora de calcular el time-to-market de un producto, no hay que tener en cuenta la opinión de early adopters, hay que preguntar a los que no lo son, a los consumidores corrientes, si lo encuentran atractivo, si lo usarían, si gastarían su dinero en eso. Creer que tu público piensa y siente como tú es un error muy común en los emprendedores.
La prestigiosa revista Technology Review, editada por el MIT, ya tiene una versión en español. De momento sólo en su versión online, pero más que suficiente para que podamos estar al día de las novedades tecnológicas que vienen, explicadas de la mano de los que más saben de esto.
Quien ha llevado a cabo esta iniciativa es Opinno, una empresa que va dar seguramente mucho de que hablar en el sector del emprendimiento en España. Con sede en Madrid, San Francisco y en Boston y muy relacionados con el sector tecnológico y de inversión en Estados Unidos, tienen además una gran vocación de apertura y creatividad, gracias a un equipo con mucho talento, liderado por Pedro Moneo.
Estamos de enhorabuena en el emprendimiento tecnológico. Esto se mueve cada vez más.
Por lo que sé de Alejandro Suárez, entiendo que lo dice en tono sarcástico y que seguro que es capaz de enseñarnos mucho acerca de empezar proyectos sin la financiación adecuada y de que es posible sacarlos adelante. Sin embargo, también nos podría hablar de lo complicado que puede ser que el proyecto acabe teniendo éxito sin un mínimo colchón financiero.
En lo que a mí respecta, yo viví en mis propias carnes empezar con financiación cero en X-Novo. Y viví también conseguir un primer préstamo de 20.000 euros y que en cuanto lo invertimos en equipos informáticos y mobiliario desapareciera en un incendio (sin seguro ni nada por el estilo). Aunque finalmente, si perseveras y con un alto grado de compromiso por parte del equipo, puedes conseguir salir adelante y quizá encontrarte con un préstamo participativo de la genial gente de CAN.
En estos momentos en los que el dinero se esconde, se hace más necesario que nunca plantearse iniciar sin financiación y tratar de conseguirla más adelante, cuando el tema ya esté en marcha. Yo aprendí mucho de empezar sin apenas liquidez y con pocos recursos para marketing. De lo primero, a saber la vital importancia de controlar los flujos de tesorería. De lo segundo, que puedes posicionarte con imaginación y trabajo bien hecho.
Recuerdo que cuando salió en los cines la película El club de la lucha no fui a verla. Y seguramente la causa está en que en el cartel que vi aparecía Brad Pitt sujetando una pastilla de jabón y mi cerebro me hizo una mala pasada leyendo El club de la ducha. Con ese título tan sugerente tuvo que pasar algún tiempo hasta que solucioné mi confusión y por fin la vi. Se convirtió de inmediato en una de mis películas preferidas.
Ahora no voy a entrar en la filosofía del personaje interpretado por Brad Pitt, Tyler Durden, acerca de lo poco especiales que somos y que no somos lo que vestimos. Pero sí en la idea de que una persona como Jack, el personaje interpretado por Edward Norton, que es un tipo aburrido y con poca iniciativa, pueda llevar dentro de sí a alguien como Tyler, una persona con gran carisma y con el impulso necesario para llegar hasta donde se proponga.
Yo creo que todos somos un poco como Jack, llevamos dentro a un Tyler Durden que podemos potenciar para superarnos y conseguir nuestras metas. Es tan sólo cuestión de proponérselo e ir evolucionando.
Parece que por fin consigo avanzar con algunas de las ideas que llevo tiempo desarrollando. El parto está siendo largo, pero creo que es mucho mejor así, porque según pasan las semanas la idea se va moldeando y mejorando, o incluso cambiando de enfoque totalmente. Si la idea te sigue pareciendo igual de buena después de que se te haya pasado la emoción inicial de haberla tenido, entonces es que vale.
Creo que era Mario Benedetti el que decía que escribía poemas y después los guardaba en un cajón y los volvía a leer meses más tarde, cuando ya se había olvidado de ellos, para enfrentarse a sus propias palabras como un lector más y ver si le sorprenden o no.
Cuando las ideas van a hacerse realidad en forma de proyectos, requieren de un tiempo de maduración, de haberselo contado a unas cuantas personas hasta que suenen creíbles y hayan conseguido ganar solidez. Estos ejercicios serán muy valiosos para tener éxito y dejar el menor número de cosas posible a la improvisación.