Benedetti nos dice adiós
Tan sólo tuve ocasión de escucharle en persona una vez, pero fue suficiente. Su forma de ser, de hablar y de mirar, demostraba que no era un mengano cualquiera. Si además sus poemas se te cruzaban en el camino, era imposible no sentirse atrapado por sus palabras.
Seguimos perdiendo referencias sentimentales, primero Antonio Vega, ahora Mario Benedetti. Pero siempre nos quedarán sus voces.